Lo vi todo.
Esa cálida y hermosa noche de verano, que invitaba a disfrutar del jardín y el aire libre, tomando un trago ,en compañía de las estrellas, al menos yo.
Te vi, mejor dicho los vi.
Tus ojos puestos en los de ella, esa mirada que ansiaba estar solos. El deseo se escurría por tus pupilas, tus manos apretaban su cintura y susurrabas algo en su hermosa oreja , lejos del mundo, perdidos el uno en el otro. Nada de lo que pasaba alrededor les importaba.
Vi como ella se amoldaba perfectamente a tus brazos, como si hubiera nacido para estar ahí, su lengua mojo sus labios resecos por el ansia. Se respiraba en el aire la sensualidad que emanaba de vuestros cuerpos, como una tormenta de verano que se iba formando en el horizonte.
De pronto tu mano baja y se mete en su falda, por el gesto de ella, intuyo que tocas su sexo, ella sonríe extasiada o quizás no fue una sonrisa si no mas bien una palabra que escapo de su boca. No alcanzo a escuchar, desde mi lugar que dijo, pero puedo imaginarlo
No tienes ojos mas que para ella.
Tus mejillas se sonrojan, tal vez producto del alcohol que han tomado o la excitación que te produce tocarla. O ambas.
Ella empieza lentamente a acariciar tu bragueta, entrecierras los ojos, te entregas a sus manos . Imagino un gemido o tal vez lo he escuchado. No puedo quitar la vista , por mas que lo intente, no quiero dejar de mirarlos.
La veo de rodillas frente a ti, tu pantalón se ha deslizado hasta tus pies, ya no te importa, veo tu lindo culo y tu miembro duro en su boca, entra y sale, al compas de los latidos de un corazón que se acelera, me doy cuenta que es MI corazón el que late frenético. La temperatura ha subido diez grados , al menos en mi cuerpo , la humedad lo empapa . Mi deseo crece con el vuestro.Mi respiración se transforma en un ruidoso jadeo. Se confunden con los de ella.
Veo como arremetes contra ella, de pie, contra el muro, ella envuelve tu cintura con su pierna .Siento tus besos en mi cuello, en el de ella, tu lengua , tu saliva, mi lengua, la de ella, Exhalas ruidosamente, ella se retuerce suavemente y suspira .
Siento algo que crece en mis entrañas, un dolor indescriptible, una llama que me quema por dentro, y me invaden unas ganas terribles de llorar. Me doy cuenta que son celos. Los mas tontos y ridículos celos.
He vuelto al lugar varias veces desde esa noche, con la secreta esperanza de encontrarte, sin compañía . No se si me atreveré a hablarte, quizás si, no se que te diré. Que ocupas mi cabeza desde ese día, no lo se. se que quedan tres esquinas mas por explorar
Solo le pido al destino otra oportunidad de ver esos ojos y que esta vez sea yo, el blanco de su mirada.
Inspirado en el relato «el café del infante» del blog placer oral
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